lunes, 29 de abril de 2024

YO TAMBIEN FUI FELIZ EN LOS SESENTA


En la década de 1960, el crecimiento económico y los notables avances científico-tecnológicos permitieron un mejoramiento de las condiciones de vida de importantes sectores de la población mundial. La educación secundaria y universitaria se amplió a nuevos sectores y las mujeres hicieron su entrada masiva al mundo del trabajo. El extraordinario desarrollo de los medios de comunicación permitió conocer muy rápidamente los acontecimientos que ocurrían en distintos lugares del planeta. El combinado de discos de larga duración fue un adelanto técnico de esta época.

    Era un mundo optimista acerca de las posibilidades humanas para dominar la naturaleza. No obstante ello, era también un mundo conflictivo. Existían dos formas contrapuestas de organización de las sociedades: una capitalista, que alcanzaba su máxima expresión en los Estados Unidos y en los países de Europa Occidental; y otra socialista, representada fundamentalmente por la Unión Soviética, los países de Europa Oriental y China. Cada bloque luchaba por extender su influencia y casi ninguna región del mundo quedó al margen de estas luchas.

    Había además muchos otros temas en discusión que alentaban la organización y la lucha: los regímenes autoritarios, el colonialismo, las relaciones patriarcales en la familia, la discriminación contra las minorías raciales, las desigualdades entre géneros, la eventualidad de una guerra nuclear… Las luchas exitosas de muchos pueblos por independizarse de la dominación colonial y la emergencia de un régimen socialista en Cuba parecieron a muchos contemporáneos demostraciones tangibles de la capacidad de los pueblos para vencer los obstáculos más enormes y transformar la realidad.

    Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los soldados que volvieron a casa fundaron familias produciendo un aumento de la tasa de natalidad: el baby boom. Estos niños llegaron a ser jóvenes en los ´60. Tanto en EE.UU como en Europa surgieron movimientos contrarios al endurecimiento de las posiciones por parte de las potencias durante la guerra fría. Se manifestaban contra la guerra de Vietnam con la consiga de «haz el amor y no la guerra». La ola de desasosiego estudiantil salió de EE.UU para llegar a Europa y Japón, los mismos crearon la moda Hippie en signo de oposición.

    Flower power es un slogan usado durante fines de los ´60 y principios de los ´70 como un símbolo de pasividad y no violencia usado por el movimiento de contracultura americano. Es arraigado en el movimiento de oposición en la Guerra de Vietnam. La expresión fue acuñada por el poeta de Americano Beat Allen Ginsberg en 1965 como “el medio de transformar protestas de guerra en gafas pacíficas afirmativas”. Los Hippies abrazaron el simbolismo vistiéndose con flores bordadas y colores vibrantes, flores en su pelo. El término más tarde se hizo generalizado como una referencia moderna al movimiento de “Hippy” y una cultura de medicina, la música y el arte psicodélico.

Tantos los hombres como las mujeres andaban descalzos, llevaban el pelo largo, bisutería, vaporosos vestidos, vaqueros y camisas con estampados floreados multicolores. Sin darse cuenta generaron una tendencia cultural que se expandió y fue adoptada por las juventudes de importantes zonas del planeta. Esto ocurrió con la ropa hippie ya que se convirtió rápidamente en moda incluso para las personas que no tenían nada que ver con el trasfondo ideológico de dicho movimiento. Se usaban mucho las grandes faldas hasta el suelo, chales, etc. En el tercer mundo, donde la pobreza era el mayor problema, el movimiento hippie y el pacifismo no encontraron adhesión masiva entre los jóvenes. Éstos se volcaron más hacia el antiimperialismo o las ideologías revolucionarias, integrando organizaciones estudiantiles, partidos políticos de izquierda, organizaciones guerrilleras y otros movimientos sociales.

    “El verano del amor” marcó el apogeo del movimiento hippie y en 1967 se celebró en EE. UU. el primer gran festival de música pop al aire libre. Su poderosa combinación de cultura juvenil y pop marcó uno de los puntos culminantes de lo que significaron los 60

sábado, 13 de abril de 2024

HISTORIAS DE GRANDES MUSICOS


 Bach, Beethoven, Brahms, Chopin, Schubert, J. Strauss y Verdi: las pequeñas historias de sus vidas y sus maravillosos logros musicales. 

Frédéric Chopin (1810-1849)
Chopin, pianista polaco, fue además uno de los compositores más influyentes del Romanticismo. Su técnica, su estilo y armonía han sido comparados innumerables veces con las de grandes maestros de la historia musical como son Beethoven o Mozart. Sus principales obras: Sonata para piano Nº 1 en do menor, Concierto Nº2 para piano, Concierto Nº1 Para piano, Tres Nocturnos, Sonata Nº2 para piano en si bemol menor, sonata Nº3 para piano en sí menor…

Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Bach es considerado como el gran maestro del contrapunto. Entre sus obras más célebres destacan los Conciertos de Brandenburgo, La Pasión según San Mateo, la Tocata y fuga en re menor, El clave bien temperado(dos ciclos de preludios y fugas), Gran Misa o Misa en si menor, las Variaciones Goldberg, las Cantatas 80, 140 y 147, el Concierto italiano, la Obertura francesa, El arte de la fuga, así como diversas suites, partitas y sonatas para distintos instrumentos.

Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Nacido en Bonn (Alemania) Beethoven es uno de los más grandes y reconocidos compositores de la historia de la música y también es considerado el último gran representante del clasicismo vienés. La mayoría de las obras más conocidas de Beethoven pertenecen a su primera etapa, la llamada ‘década heroica’. Sin embargo, la sordera del músico hizo que se aislara de la sociedad justo cuando su fama alcanzó su punto culminante, y desde 1818, su música quedó relegada a un pequeño grupo de expertos, salvo por los estrenos de la Sinfonía nº 9 y la Missa Solemnis. Entre su obra destaca: Para Elisa, Himno a la Alegría, Sonata para piano nº 14, Fidelio, Sinfonía nº 3, Sinfonía nº 5…

Estos son solo algunos de los grandes compositores de la historia. Los clásicos nunca mueren y las grandes composiciones musicales de todos los tiempos no dejan de interpretarse en las salas de conciertos de todo el mundo...